Este instrumento tan peculiar aparece en la italia del renacimiento como modelo de los instrumentos de la Grecia clásica, pero con las influencias de los instrumentos de cuerda frotada imperantes en esa época.
La idea era poder tañer un instrumento y a la vez cantar o recitar con el acompañamiento de sus cuerdas. Es por esto que este instrumento tiene su auge en los siglos XV y XVI y desapareció por completo con la llegada del barroco.
La lira da braccio fue popular en las cortes del norte de Italia, especialmente en ciudades como Florencia, Ferrara y Venecia. Era utilizada por poetas-músicos que buscaban revivir y reinterpretar las tradiciones musicales clásicas. En ese contexto, la lira da braccio no solo servía como un acompañamiento musical, sino que también era un símbolo de prestigio cultural y artístico.
La Lira da braccio parece ser una evolución de la fidula medieval y ser la predecesora del violín. Consta de siete cuerdas, cinco sobre el propio mástil y dos exteriores a modo de bordones. La afinación del instrumento permite tocar acordes y melodías acompañadas. Su sonido es dulce y suave.
Sólo se conservan 6 liras originales del S. XVI.
«El Parnaso», de Rafael Sanzio (1511)